domingo, 14 de abril de 2013


MI PUEBLO, LA VILLA DE LIETOR


La población de Liétor se encuentra al suroeste de la provincia de Albacete y limita con:
*       Pozohondo, al Norte
*       Elche de la Sierra, al Sur
*       Hellin, al Este
*       Ayna, al Oeste

Liétor, esta situado en la falda de una elevada Sierra y, colgado sobre el valle del Río Mundo, Liétor, es un pueblo hermoso, que hay que visitar.
En la topografía de Liétor, destaca la Sierra del Prebélico y la fuerte erosión que el río Mundo provoca a su paso por dicha población. 


Los sucesivos crecimientos del casco urbano a través de los siglos, fuera ya del primitivo recinto amurallado, nos han seguido aportando muestras arquitectónicas de singular belleza; pues ante todo, Liétor es un pueblo que respeta la arquitectura tradicional con calles estrechas y angostas.
Ya en época prerromana se encuentran en el valle del Río Mundo asentamientos de escasa población e importancia económica, si bien es cierto que el núcleo urbano sobre el que se desarrolla la población durante la Edad Media no existía.
Liétor, es la población encargada de despedir de la Sierra a este afluente del río Segura, el río Mundo. Desde Liétor, las aguas del río mundo se dirigen a tierras Murcianas
Su entramado callejero, por el que aún hoy se entreve parte de su hidalga historia, alberga esta población un interesante legado artístico y monumental.
El origen de Liétor es desconocido, aunque a través de sus restos arqueológicos se podría decir que es de Origen Islámico. Liétor surge durante el dominio islámico de Ál-Ándalus; no se conoce la fecha exacta de su fundación, pero se estima que puede estar comprendida en el siglo X. Los hallazgos del ajuar en la cueva del paraje de "los Infiernos" atestiguan la importancia de Liétor como población fronteriza, ya avanzada la Reconquista cristiana.
La época que más huella dejo fue el asentamiento de la Orden de Santiago (Socovos, fue la población que concentro el poder de dicha orden). Esta situación fronteriza se mantuvo en el siglo XIII con los territorios de Alcaraz.
La Orden de Santiago fue una orden religiosa y militar surgida en el siglo XII en el reino de León. Debe su nombre al patrón nacional de España, Santiago el Mayor. Su objetivo inicial era proteger a los peregrinos del Camino de Santiago y hacer retroceder a los musulmanes de la península ibérica
Esta situación fronteriza, tanto entre musulmanes y cristianos como entre el señorío de Alcaráz y la encomienda santiaguista de Socovos –a la que pertenecía Liétor- hacía muy difícil la vida en esta población. Esto queda reflejado en una carta que, en 1480 dirigió Alonso de Cárdenas, a la sazón maestre de la Orden, al concejo del lugar y en la que se puede leer que "por estar junto a la frontera de los moros vevis todos los de dicha villa en grandes fatigas e mengua de mantenimientos".
Tras la muerte del Gran Maestre Alonso de Cárdenas en 1493, los Reyes Católicos incorporaron la Orden  a la Corona de España y el Papa Adriano VI unió para siempre el maestrazgo de Santiago en 1523..La historia se ha encargado de dejar un buen legado en esta población, haciendo saber así la relativa importancia que Liétor ostentó durante buena parte de su existencia. El ajuar encontrado en una cueva del lugar conocido como "Los Infiernos", fechado entre los siglos X y XI, nos habla de un período de ocupación musulmana en el que la población formaba parte de la frontera con los reinos cristianos. El caballero árabe al que pertenecieran los objetos que lo componen, debía pasar buenas temporadas guerreando y defendiendo los territorios de Al-Andalusí o intentando anexionar otros nuevos. También su población sufría las consecuencias en cuanto a número de habitantes, ya que si en 1468 había 250 vecinos, en el 1498 quedaban tan solo 160. Aparecen aquí, a partir del último tercio del siglo XV, los caballeros de cuantía, a cuyo linaje se deben las hermosas casas que aún se pueden ver en las calles del pueblo. Era de su ocupación la de guerrear y controlar las fronteras con los vecinos reinos musulmanes, y por ello quedaban exentos de buena parte de los pagos e impuestos que de otra manera deberían haber aportado a las arcas de la encomienda.
De esta época es el numeroso patrimonio histórico-artístico que en forma de casas señoriales se manifiestan en toda la población.
En su entramado callejero, siglos y siglos de historia se agolpan y muestran a los visitantes como si de un libro abierto se tratase. No hay mejor prueba de ello que sus impresionantes edificios de carácter religioso. Como ejemplos de ello, tenemos: la Iglesia de Santiago Apóstol, la Ermita de Belén, el Convento de las Carmelitas y el Pilar.
Y es que Liétor es un lugar perfecto para pasear. Callejear por sus calles estrechas, llegar hasta los Miradores y contemplar los escudos y las fachadas de las casas como la de los Rodríguez de Escobar, que aún conserva su noble apariencia.
Los monumentos históricos son puntos clave para dar explicación a la situación actual de dicha villa. En el último tercio del siglo XV, los caballeros de cuantía, a cuyo linaje se deben las hermosas casas que se pueden observar en las calles del pueblo.

Tras la Reconquista, el monarca Fernando III, dono el pueblo de Liétor, a la Orden de Santiago, dependencia administrativa que perduraría hasta a mediados del siglo XIX. La vocación fronteriza de Liétor se mantuvo durante muchos años, pues aun a finales de del siglo XIII, allá por los años 1.272 y 1.275, Liétor era frontera con los territorios de Alcaráz. Esta situación fronteriza, tanto entre musulmanes y cristianos como entre el señorío de Alcaráz y la encomienda santiaguista de Socovos (a la que pertenecía Liétor), hacia muy difícil la vida en esta población. Esto queda reflejado en una carta que, en 1.480 dirigió Alonso de Cárdenas, a la sazón maestre de la Orden, al concejo del lugar y en la que se puede leer que “por estar junto a la frontera de los moros vivís todos los de la Villa en grandes fatigas e mengua de mantenimientos.”
La historia se ha encargado de dejar un buen legado en esta población, haciendo saber así la relativa importancia que Liétor ostento durante buena parte de su existencia. El ajuar encontrado en una cueva del lugar conocido como “Los Infiernos” (hallado por un grupo de jóvenes pertenecientes a la Asociación Cultural “Grupo Museo”, de Liétor), fechado entre los siglos X y XI, nos habla de un periodo de ocupación musulmana en el que la población formaba parte de la frontera con los reinos Cristianos. El caballero árabe al que pertenecieran los objetos que lo componen, debía pasar buenas temporadas guerreando y defendiendo los territorios de Al – Andalusí.
También su población sufría las consecuencias en cuanto a número de habitantes, ya que si en 1.468 había 250 vecinos, en 1498 quedaban tan solo 160. Aparecen aquí, a partir del último tercio del siglo XV, los caballeros de cuantía, a cuyo linaje se deben las hermosas casas que aun se pueden ver en las calles de Liétor. Era de su ocupación la de guerrear y controlar las fronteras con los vecinos reinos musulmanes, y por ello quedaban exentos de buena parte de los pagos e impuestos que de otra manera deberían haber aportado a las arcas de la encomienda.

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