viernes, 5 de abril de 2013

LA FRONTERA DEL REINO DE GRANADA




(1468 – 1525)


Según Rafael G. Peinado Santaella, de la Universidad de Granada.


El 5 de julio de 1243, hizo el príncipe don Alfonso la donación de Segura de la Sierra a la Orden de Santiago, efectuad por su padre Fernando III el 21 de agosto de 1242.En el amplio alfoz de la villa jienense se incluían los términos y castillos de Socovos, CETUR, Liétor (Litur), Iznar (Aznar), Vicorto (Bueycorto), Villares (Gutta) y Abejuela. Estos tres ultimo lugares, no entraron en la donación de Fernando III, Fueron entregados a la Orden poco antes por el caballero portugués don Gil Gómez, el 31 de mayo de 1243, junto con el castillo de Hijar, como agradecimiento por haber recibido la encomienda de de Paracuellos.
Dos años después, la Orden de Santiago llevo a cabo una reestructuración en los señoríos del alto segura, con la finalidad de mejorar el control y la seguridad del territorio. Se formaron las encomiendas autónomas de Moratalla, Yeste, Taibilla y Socovos, Un documento de finales del siglo XIII alude por separado a los comendadores de Socovos y Liétor. En la segunda mitad del siglo XV, los pueblos de CETUR, Liétor y Socovos, formaban una única encomienda, donde se incluían a los despoblados de Iznar, Vicorto, Villares y Abejuela, por su situación fronteriza con el sultanato nazarí de Granada.

LOS VASALLOS

La proximidad del Reina de Granada y la inestabilidad por la rebelión en las tierras murcianas de Alonso Fajardo, comendador de Socovos, repercutió negativamente en el doblamiento de la encomienda.
Según el informe que transmitió en 1468 al maestre por el comendador don Francisco de León se mostraba sensible e esa realidad.
El documento ofrece una información general sobres las encomiendas castellanas de la Orden de Santiago; Letúr era descrita como: villa muy fronteriza de moros y muy despoblada porque la robaron los de Alcaraz e la aportillaron en tiempo que estaban por Fajardo, no habitaban más de 70 personas.
Las cuarenta familias mudéjares que residían en Socovos: villeta muy bien cercada de argamasa y petrilada e almenada.
Posteriormente se concreta las consecuencias de la falta de paz en la productividad de las tierras. El maestre don Alonso de Cárdenas, en 1480, se hacía eco, en una carta dirigida al concejo de Liétor, de la estabilidad de la tierra, e los males e guerras que en aquella comarca a vivido – por estar junto a la frontera con moros, vevis todos los de la dicha villa en grandes fatigas e mengua de mantenimientos.
En 1468 la encomienda de Socovos albergaba casi la quinta parte de los vasallos que vivían en las nueve unidades territoriales, que se dividía el dominio señorial de la Orden de Santiago en el reino de Murcia.
En 1498, a pesar de que no se conocían las cifras de la población santiaguista en Murcia, los porcentajes habían bajado al 13,69%.
Fue Liétor, el pueblo más poblado de la encomienda, el que registraba un mayor coeficiente de densidad demográfica, tanto individual como globalmente siempre se mantuvo por debajo de la media del señorío santiaguista murciano, incluso con la pérdida de 90 vecinos en 1498, que no fue recuperad hasta 1526.
La desaparición de la situación fronteriza a raíz de la definitiva conquista del sultanato nazarí no actuó como catalizador inmediato del despegue demográfico de los pueblos de la encomienda.
Algunos testimonio de migración hacia el reino granadino, el de Socovos llego a cuatro caballeros y nueve peones, el de Letúr y Albacete, a tres caballeros y siete peones, y en Liétor y Astudillo, a dos caballeros y tres peones.
A partir de la tercera década del siglo XVI, la encomienda conoció una autentica etapa de crecimiento. Quedo reflejada en la ampliación de las iglesias de Letúr y Liétor.
El abandono mudéjar fue masivo hacia 1451. La villa se había poblado de cristianos.
No se encuentra ninguna noticia relativa a la presencia de mudéjares en Liétor. La visita de 1526, si alude a una minoría étnica residente en Liétor. El único visitador que realizo la inspecciona aquel año ordeno al concejo lietorense y al mayordomo de la ermita de San Sebastián que no consyentan entrar en la dicha hermita gitanos, ni entren dentro a posar ni a dormir ni haser fuego.
En Letúr y Liétor, un grupo reducido de hombres se elevaba económicamente sobre el resto. Eran caballeros de cuantía cuya presencia se documenta a partir de 1480, en Letúr y 1498 en Liétor. Durante esos años se mantenía el límite de 30.000 maravedíes como cantidad mínima, a partir de la cual era obligatorio disponer de caballo y armas.
En 1507, la cuantía se elevó hasta 80.000 maravedíes. El tope normalmente exigido con la finalidad de no dañar a sus vasallos y como privilegio que favoreciera la población de las zonas fronterizas.
Durante la visita de 1494, el concejo de Liétor suplicó a los visitadores que mandasen guardar lo que antiguamente los maestres de la dicha horden e sus visitadores nos an guardado, leyendo la esterilidad de la tierra, a nuestros antçesores e a nosotros, a más de treinta e cuarenta e cincuenta e sesenta annos, que memoria de onbres no es en contrario, que nunca en esta villa fueron echados caballos ni nunca fuimos penados.




No hay comentarios:

Publicar un comentario