Durante mucho tiempo, la ermita de San Sebastián fue
la más importante de Liétor, tanto por su estructura arquitectónica como por su
transcendencia cultural y liturgia.. Estuvo ubicada en la placeta que hoy se
conoce por plaza de la Diputación o Plaza de Toros.
Era un lugar sacro donde se ganaban las indulgencias
de los jubileos a partir del siglo XVIII.
San Sebastián se construyó con mayor devoción popular
por ser el mejor abogado en la peste y epidemias.
Esta ermita es más contemporánea que la de San
Cristóbal. Los informes de la visita a Liétor en noviembre de 1494, los
visitadores manifestaron que estaba extramuros de la Villa de Liétor y la
consideraban muy bien obrada.
En el altar había colocado un retablo de madera en el
que figuraban las imágenes de San Sebastián y San Fabián. Según el acta de la
visita en diciembre de 1498.
Las imágenes del retablo estaban realizadas de pinzel.
No se encuentra ninguna variación en la fábrica hasta
1511, donde el altar empezó a mostrar signos de debilidad. Pedro Martínez de
Galera, el mayordomo, fue el encargado de restablecerla indicando su término en
1515.
En 1536, se había comprado una campana, poseía una
sola.
En la segunda mitad del siglo XVIII, la estructura
arquitectónica estaba tan deteriorada que tuvo que ser reconstruida totalmente.
La obra se realizó entre mayo de 1778 y mayo de 1781.
A lo largo del siglo XIX, la ermita fue abandonándose
y su fábrica comento a deteriorarse hasta llegar a estar en ruinas. En 1901,
sus últimos paredones fueron demolidos.
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